“No conozco nada tan poco provechoso como una mente mal gobernada, ni nada tan provechoso como una bien gobernada”,
Buda

Por Larissa González Medina
Entrenar a nuestra mente para convertirla en nuestra aliada es la mejor opción para volvernos los arquitectos conscientes de nuestro propio destino, y ello se logra fluyendo con la vida porque, como dijo Carl Jung, “A lo que te resistes, persiste” y la idea es lograr ser más felices en las circunstancias que sean.
Ramiro Calle publicó en el periódico La Vanguardia que “El problema más cercano a todo ser humano es su mente. La mente es muy misteriosa, pues a menudo se comporta como si no fuera nuestra, pero hay que aprender a ponerla bajo el yugo de la consciencia y la voluntad. Como reza el antiguo adagio, ‘así, como piensas, así eres’”.
Y para poder transformar nuestros pensamientos negativos en unos más nutricios plantea cuatro sencillos ejercicios que podemos poner en práctica en casi cualquier parte:
- Detectar y eliminar de cuajo los pensamientos indeseables, inútiles, en cuanto aparecen.
- Observarlos, sin juzgarlos, y dejarlos pasar.
- Ignorarlos y continuar con nuestras actividades normalmente.
- Sustituir los pensamientos insanos por ideas positivas.
En estricto sentido, estas opciones para desarrollar una higiene mental no requieren de horas de meditación, sino de nuestra atención para estar al acecho de las ideas negativas que nos destruyen o entorpecen nuestras vidas.
Dejar de resistirse y enfocarse en vivir mejor
Otra técnica para enfocar nuestros pensamientos es la conocida como atención controlada que consiste en dirigir la atención a la respiración consciente: en cómo entra y sale el oxígeno del cuerpo. Ello atrae nuestra mente al presente, que es en donde ocurre la vida.
Aunque la atención controlada también puede emplearse para que enfoquemos toda nuestra atención en uno de los cinco sentidos: ya sea paladeando un bocado, intentando descubrir los sabores, la parte de la lengua en la que los percibimos, las texturas que sentimos en cada parte de la boca. Mirando el fuego de una vela: sus movimientos, intensidades, formas y colores. Sintiendo las partes del cuerpo que tienen contacto con el piso, el sillón, la ropa, o la sensación térmica que se tiene en diferentes partes del cuerpo. Los olores que se expiden de la panadería cercana y que se cuelan por la ventana…
Poner atención en nuestros sentidos es una puerta al presente y es, en sí misma, una puerta abierta para enfocarnos en mantener nuestra mente llena de pensamientos sanos; en una zona libre de pensamientos negativos.
La clave está en practicar varias de estas técnicas para, finalmente, elegir aquella que nos ayude más a desarrollar nuestra higiene mental, pues si bien, nuestros pensamientos negativos son parte de nuestro universo mental y complementan a nuestros pensamientos positivos, como dijo Osho, hay que saber usarlos como guías para nuestro crecimiento.
Fuentes:
Osho. (2001). Amor, libertad, soledad. Buenos Aires, Argentina: Gaia.
Calle, Ramiro. (2019). Mindfulness. La lámpara de la Mente. España. Planeta.
Tolle, Eckhart. (2014). El poder del ahora. México: Grijalbo.