Si bien puedes llegar a tener prácticamente cualquier cosa que quieras, no puedes tener todo lo que quieres al mismo tiempo.
La vida te ofrece más alternativas que las que podrías llegar a vivir.
Elegir un objetivo, a menudo significa rechazar algunas cosas que quieres para obtener otras cosas que deseas o necesitas aún más. Algunas personas fracasan en este punto, incluso antes de que hayan comenzado. Temerosos de rechazar una buena alternativa por una mejor, tratan de perseguir demasiados objetivos a la vez, logrando pocos o ninguno de ellos.
Por ello dicen que el arte de la estrategia no es tanto el decidir qué hacer, sino decidir qué no hacer.
Los errores son diversos.
Algunos nunca se comprometen con ninguna alternativa porque no saben lo que quieren y simplemente navegan sin rumbo.
A otros les sucede que, aunque saben lo que quieren, quieren tantas cosas y son incapaces de priorizar, que simplemente no persiguen ninguna porque, ante tantas alternativas, no pueden decidir tras cual comprometerse.
Hay quienes, siendo incapaces de tomar decisiones, tratan de perseguir demasiadas cosas a la vez; y los hay quienes se deciden por una, pero apenas van en camino, cuando se les atraviesa otra, abandonando la primera para ir por la nueva, hasta que llega otra aún más atractiva haciendo que abandonen la anterior, y así van dejando un tiradero de iniciativas arrancadas y nunca concluidas.
Por ello dicen que el éxito está en las decisiones que tomas y la prioridad que le das a cada decisión.
No te desanimes y no te dejes paralizar por todas las opciones. Si tomas la decisión, te enfocas, te comprometes y te aplicas, puedes lograr tu objetivo. Haciéndolo de esta forma, puedes tener mucho más de lo que necesitas para ser feliz.
Haz tu elección, aplícate y sigue adelante.
