
“Nadie tiene dominio sobre el amor, pero el amor domina todas las cosas”,
Jean de La Fontaine
Por: Larissa González Medina
¿Es concebible esta idea de “teñir el infierno de amor”? Porque aquello que más crea sufrimiento en cualquier tipo de vida en el mundo es justo la ausencia del amor. ¿Será capaz la humanidad de dejar de lado intereses mezquinos y de crear otro tipo de existencia o está condenado a servirse de todo a su alcance, sin miramientos e incluso a costa suya?
La fuerza creativa del hombre es una expresión del amor a la vida, pues gracias a ello ha reinventado su mundo, casi siempre, con la intención de hacerlo un mejor lugar para habitar. Asimismo, el amor es la fuerza creadora por excelencia que ha propiciado la concreción de innumerables piezas de arte, de descubrimientos; la evolución de la tecnología; el desarrollo del conocimiento, todo: por amor.
Mas también se puede dar cuenta de las incontables manifestaciones de odio y de miedo que tienen lugar en el planeta por medio de las múltiples atrocidades que día con día cometen muchas personas. Este mundo está plagado de inquietantes contrastes de amor-odio, amor-miedo, creación-destrucción.
Miguel Ruiz llama el “sueño del Planeta” a la realidad que creamos entre todos con la suma del sueño que cada uno tiene del mundo, pues señala que los seres humanos “hemos aprendido a soñar en nuestra propia vida”. Se trata de un sueño personalísimo al que el autor denomina como “sueño del infierno”, y que no dista mucho de cualquier descripción del mismísimo infierno.
Este “sueño” de la realidad es creado y creído por cada persona, de modo que el autor destaca que cada quien percibe una realidad subjetiva distinta a la de los demás; hay tantas realidades como percepciones (personas), en donde todas las versiones de lo que es el mundo son meras creencias.
Quizá, para algunos, hace mucho que este “sueño” se tornó en pesadilla porque el ser humano se ha inclinado por desarrollar expresiones afines al ego, más que a las sublimes, como al amor, al menos en lo cotidiano… Basta con mirar cualquier noticiero de temas vigentes o “de actualidad”, como comúnmente se les denomina, que están plagados de historias en donde el ego y la violencia; el miedo y el sufrimiento, buscan un espacio, si no en la normalidad de la vida del ser humano, sí en su diario vivir, lo cual es muy grave.
A lo mejor ya es momento de que el ser humano se aventure a conocer de cerca el verdadero amor, pues constituye nuestra verdadera esencia, como se asienta en “Un Curso de Milagros”; sólo así podremos teñir este “infierno” con amor y conseguir que nuestra vida en la Tierra sea más afable y sencilla, disfrutable y plena, pero para que ello suceda hemos de ser fieros practicantes del amor bien entendido (como sugiere Ruiz), de la mano del respeto.
El “libre albedrío” del hombre es la respuesta a las incógnitas planteadas al inicio del presente texto, a lo que el corazón de cada lector esté dispuesto a manifestar en esta vida y ojalá que la respuesta provenga del amor.
Fuentes:
Ruiz, Miguel. (2001). La Maestría del Amor. Barcelona, España: Ediciones Urano.
Schucman, Helen. (2018). Un Curso de Milagros. Mill Valley, CA, EE.UU.: Foundation for Inner Peace.
Krishnamurti. (2012). Relacionarse con el mundo, uno mismo y los demás. Barcelona, España: Kairós.